TRASTORNOS PSICOLÓGICOS EN NIÑOS, ADOLESCENTES Y ADULTOS.
Trastornos en Niños, Adolescentes y Adultos.
Existe un grupo de categorías diagnósticas que suelen iniciarse durante la infancia, aunque algunos estén también presentes en la etapa adulta, y que se describen a continuación:
TRASTORNOS EMOCIONALES:
Alteraciones que pueden estar causadas por factores internos que modifican el “tono” afectivo del niño, o pueden responder a causas externas tales como la separación de los padres, el nacimiento de un hermano u otros posibles estresores, que ponen a prueba el equilibrio adaptativo del niño.
Trastornos afectivos: con alteraciones del estado de ánimo tanto en sentido depresivo como eufórico o de irritabilidad, incluso la coexistencia o alternancia de ambos en el tiempo. Son los trastornos depresivos, trastorno bipolar y ciclotimia.
TRASTORNOS POR CONDUCTAS PERTURBADORAS:
Estos trastornos son un motivo muy frecuente de consulta, resultan muy visibles en el entorno familiar y escolar y se caracterizan por un comportamiento desajustado repetitivo y persistente.
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Trastorno Negativista Desafiante: patrón de comportamiento negativista, hostil y desafiante que suele manifestarse en el ambiente familiar y debuta antes de los 8 años, de forma gradual.
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Trastorno Disocial: es más grave e implica un patrón de conducta con violación de los derechos básicos de los demás o de las normas o reglas sociales propias para su edad.
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Trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad: se caracteriza por un patrón estable de conducta con manifestaciones de inatención y/o hiperactividad-impulsividad.
TRASTORNOS DE LA INGESTA EN LA INFANCIA Y NIÑEZ:
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Pica: ingestión de sustancias no nutritivas (como pintura, yeso, cabellos o tierra), durante al menos un mes, en mayores de 2 años.
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Rumiación-mericismo: regurgitación a la boca de comida ingerida previamente, para masticarla de nuevo y que se hace con sentido gratificante.
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Trastorno de la ingesta alimentaria: un rechazo alimentario precoz.
TRASTORNOS DEL APRENDIZAJE:
Se caracterizan por rendimiento académico por debajo del esperado para su edad, coeficiente intelectual y enseñanza recibida. Incluyen el trastorno de la lectura (Dislexia), del cálculo (Discalculia) y de la expresión escrita.
TRASTORNOS DE LA COMUNICACIÓN:
Se refieren a deficiencias en el lenguaje y el habla, e incluyen trastornos del lenguaje expresivo, fonológico, tartamudeo, etc.
TRASTORNOS POR TICS:
Se incluyen tics vocales y/o motores, transitorios o crónicos y también el Trastorno de Gilles de la Tourette, en el que se asocia impulsividad y expresiones orales bruscas (a veces con carácter obsceno).
TRASTORNOS DE HÁBITOS MOTORES:
Son trastornos del desarrollo de la coordinación y presencia de movimientos estereotipados (movimientos “raros”, complicados e inapropiados que no parecen ser controlados por el niño).
TRASTORNOS GENERALIZADOS DEL DESARROLLO:
Se presentan deficiencias generalizadas en múltiples áreas del desarrollo con alteraciones en la interacción social, en la comunicación, así como la presencia de comportamientos, intereses o actividades estereotipadas. Pertenecen a este grupo los siguientes cuadros:
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Trastorno Autista.
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Trastorno de Rett.
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Trastorno desintegrativo infantil: marcada regresión en múltiples áreas de actividad tras un periodo de por lo menos 2 años de normalidad.
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Trastorno de Asperger: de inicio más tardío al trastorno autista; durante la vida escolar se reconocen intereses peculiares y en la vida adulta experimentan problemas relacionados con la empatía y la modulación de la interacción social.
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Esquizofrenia: incluida dentro de la categoría general de esquizofrenia.
¿Cuáles son los trastornos que podemos encontrarnos en niños y adolescentes?
¿Cuáles son los trastornos que podemos encontrarnos en adultos?
TRASTORNOS PSICÓTICOS:
La palabra psicosis se emplea para describir aquellos trastornos que producen una distorsión de la mente de la persona, que hace que pierda el contacto con la realidad. Alucinaciones, ilusiones, paranoias y desorganización del pensamiento y del habla son algunos síntomas de la psicosis.
TRASTORNOS DE PERSONALIDAD:
Hay diferentes tipos de trastornos de la personalidad. Este tipo de trastornos se caracterizan por patrones de pensamiento y comportamentales que causan estrés en las formas de relacionarse que les limitan a la hora de trabajar y de establecer relaciones. Algunos trastornos de personalidad son: trastorno de personalidad paranoide, esquizoide, esquizotípico, antisocial, limite, histriónica, narcisista, dependiente, obsesivo-compulsivo o por evitación.
TRASTORNOS DE ANSIEDAD:
Todos hemos experimentado en algún momento ansiedad o nerviosismo, algo completamente normal. Sin embargo, cuando la ansiedad se manifiesta a través de síntomas que generan estrés e interfieren en diferentes contextos de la vida de la persona (rendimiento académico, laboral o familiar) podemos estar hablando de un trastorno de ansiedad.
TRASTORNO POR ESTRÉS TRAUMÁTICO:
Este trastorno ocurre cuando una persona ha vivido o presenciado sucesos traumáticos que le hacen experimentar síntomas psicológicos angustiantes que pueden volverse muy incapacitantes. Hay momentos en los que la persona revive el evento traumático y experimenta una serie de síntomas como flashbacks, asilamiento de los demás, ira, cansancio… Debido a esto la persona tratará de evitar objetos o situaciones asociados al evento traumático.
TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO:
Es un trastorno que se caracteriza por pensamientos o ideas intrusivas. Suelen ser muy molestos y pueden hacer que la persona se sienta ansiosa (obsesiones). Para aliviar esa ansiedad la persona lleva a cabo una serie de actos o rituales (compulsiones). Típicamente, las obsesiones incluyen temores, dudas, pensamientos de herir a otros o pensamientos de realizar actos que la persona considera inapropiados. Las compulsiones pueden involucrar controles repetidos, como limpiar, tocar u organizar cosas una y otra vez hasta que sean simétricas o “perfectas”, etc.
TRASTORNO ATAQUE DE PÁNICO:
Los ataques de pánico se caracterizan por un miedo o terror y aprensión repentinos e intensos que suelen ir asociados con sentimientos de muerte. Estos ataques incluyen síntomas como dificultad para respirar, palpitaciones, molestias en el pecho y sensación de asfixia. Este trastorno se diagnostica cuando hay una serie de ataques de pánico inesperados y recurrentes.